Acerca de ... Milka

Hace unas semanas, una noche nos dimos cuenta de que Milka estaba enferma, y supongo que todos saben quien es Milka; es una perra labrador bastante venida a menos, notablemente pasada de peso y cojea prácticamente de todas las patas, pero aun así todos las queremos, es particularmente mi perro favorito, la cuide cuando era pequeña y si un día muere, aunque tengo la esperanza de que sea inmortal, llorare cosa que nunca he hecho por un perro. Saber que estaba enferma me hizo recordar todas las cosas que le han pasado y por mencionar solo algunas, se comió una navaja y una aguja, se quebro todas las uñas de las patas, le dio hongo en la piel, la ataco ferozmente un insecto y se hincho como pelota, se le seco la cola! ¿a que perro le pasa? y últimamente se le volteo el estomago; le han pasado muchas cosas cuando se supone que yo debía cuidarla y no es que este descuidada, tiene un lugar para dormir por no decir que escoge la casa que quiere despojando a los demás perros, come todos los días, juega casi todos los días, la bañan a veces y sale a pasear... muy de vez en cuando; Pero el cuidado básico no le ha faltado aunque eso no impidió que se lastimara tantas veces; si se le mira detenidamente la verdad es que se puede saber que las cosas no marchan tan bien, la veterinaria nos dijo que puede morir pronto. Eso me hizo pensar en la salvación que Jesus nos ha dado, ¿como seria si fuera algo físico? ¿Que aspecto tendría? ¿Seria saludable o enfermiza? y es que muchas veces le damos el mismo o menor cuidado que el que le damos a una mascota o un objeto que nos pertenece. ¿Suena duro no? Pero ¿La alimentas a diario? ¿Tiene un lugar donde habitar? ¿Va contigo a todas partes? ¿Tiene tiempo y espacio para nutrirse y crecer? ¿La amas de forma extravagante? Es una verdadera locura que la pieza fundamental de toda nuestra existencia  este a veces tan devaluada. Algo en todo esto es cierto, Milka me dio una oportunidad diaria de cuidarla mejor, de ser un mejor dueño, amarla en verdad y lo ha hecho aun sin saberlo, pero mas cierto es que Jesus nos da una oportunidad diaria, constante y genuinamente nueva de valorar aquello que le costo la vida misma; nuestra salvación.