martes, 26 de marzo de 2013

Juan 17 (Jesús ora por sus discípulos)

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 
 
2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.

5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.

7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;

8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,

10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.

11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.

12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.

13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.

14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.

20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,

21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.

26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
 

Juan 17 (RVR1960)
Juan 17 (NVI)
Juan 17 (El Mensaje)
Juan 17 (La Voz)




3 comentarios:

  1. Hola Amigos!!

    En el versículo 20 Jesús nos hace participes de este ruego y clamor, en verdad creo que si Dios no se hubiera propuesto Clamar, interceder por mi vida y regenerar mi corazón, Jamas le hubiera seguido, gracias por guardarnos del mal Dios. Aveces me quiero explicar el sacrificio en la cruz... es incomprensible, solo apunta al amor y perfecta Justicia.


    Jesús, despierta los corazones de tus Hijos, que en estos Días vean que estas Vivo. "El pago esta completo, no hay deuda alguna".

    Un abrazo grupal :D

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  2. Hola. de acuerdo con Franklin... es un clamor de autoridad con el el cual Cristo nos ha protegido durante todo este tiempo a quienes hemos recibido el privilegio de ser llamados sus hijos. es el poder de la oracion, es la autoridad del hijo de Dios. gracias a Dios por esta oracion.

    un abrazo

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  3. Hola! Esta increible esta oración que Jesús levanta por nosotros, me encanta como deja muy en claro que NO somos del mundo, como el tampoco lo es... me gusta porque me hace recordar que El es nuestra identidad y que aunque el mundo sea perverso y horrible El esta al pendiente de nosotros, que su amor por nosotros nos santifica y nos hace ser uno. Me gusta como habla de la vida eterna, de su gloria y me impacta imaginarme que el estaba a punto de dar su vida y en lugar de pedir por el, pidió por nosotros...Jesús pensó en nosotros todo el tiempo, en el huerto, en medio del dolor, en la cruz y en la victoria! Nuestro Rey nunca deja de pensar en nosotros, tenemos al mejor intercesor Jesucristo el hijo de Dios glorificado, el mejor mediador entre nosotros y Dios :)

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