Para los débiles, los cansados, los heridos; para los perdedores, los ganadores, los quebrantados, los valientes, los humildes. Vengan al río, cerca del caudal, el cauce eterno de la gracia, el arroyo perpetuo de la reconciliación; vengan de rodillas, con el alma quieta, en silencio, con gratitud como yugo. Sin prejuicios, sin rencor. Postrados cubran sus heridas con la sangre que corre a borbotones, purifiquen las manos con impetuosa vida, levanten rostros nuevos con radiante pureza. Corran, rían, vuelvan a vivir, celebren día y noche porque el río, el abundante río de vida nunca cesara.
Gracias por esta reflexión, me gustó mucho. Hoy voy a entrar al río así: con el alma quieta y en silencio.
ResponderEliminarLa gratitud como yugo es un privilegio y encima de la gratitud me envuelve el temor del Dios vivo.
Gracias Señor por este río, una y otra vez, entrar al río ha cambiado mi vida!!! :)
Graacias Señor por dejarnos sumergirnos en él.
i like!!! quiero estar en ese rio y nunca irme, alli esta la verdadera vida, alli fluyen los sueños verdaderos, es todo lo que necesito, todo lo que podré necesitar. Anhelo dejar de pensar en el mundo con sus cosas buenas y malas y sólo pensar en ese río.
ResponderEliminarm encanta la foto de ese río, pienso que refleja totalmente el amor y la misericordia de Dios, que no sabes donde comienza, y tampoco hasta donde puede llegar. es increible todos los dias. no puedo ni pensar en vivir lejos de este río. me partiría el alma saber que no tengo acceso a el. pero miro la Cruz y amo a Cristo, y beso sus pies, porque solo porque él se dió a si mismo, nosotros podemos nadar en ese río. lleguemos a el en silencio, sin reproche, sin enojo. lleguemos mansos y quebrantados. saludosy un abrazo.
ResponderEliminarbuena reflexion. el rio que Dios tiene para nosotros es para perdedores y vencedores. Dios no hace excepcion de personas. todos podemos entrar en su presencia. la clave esta en la actitud y la disposicion de nuestro corazon. debe ser un corazon rapido al arrepentimiento
ResponderEliminarno hay nada como encotrarse con la misericordia y la gracia, no hay maldad que le pueda hacer frente a tal muestra de justicia, amor y eterna redención. y que padre es poder entrar a este río en quietud , en una actitud de total rendición a la voluntad de la fuerza de este río de misericordia
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