miércoles, 21 de noviembre de 2012

Hebreos 4

14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

3 comentarios:

  1. Aferrarnos a nuestra fe, y acercarnos confiadamente al trono de la gracia. Son dos cosas que ultimamente e podido experimentar, y es lo mas hermoso que e aprendido estos ultimos meses. Aprendi que igual que el rey david, siempre que cometemos un error, debemos de correr a los pies de Dios con adoracion y humillados.No solo para que nos perdone sino para que siga trabajando en nuestro corazon y cambiandonos todos los dias.

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  2. Hola! Me gusta mucho esta descripción de Jesús: un sumo sacerdote que se compadece de nosotros, que vencio y es perfecto! En la versión del Mensaje me gusta como termina: "toma la misericordia, acepta la ayuda" no tenemos lo que necesitamos en nuestras fuerzas, pero lo que sí tenemos es un sumo sacerdote que esta dispuesto a ayudarnos y yo solo quiero aceptar su ayuda y acercarme para que el haga lo que quiera hacer. Saludines!

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  3. Hola amigos... estoy de acuerdo con Ricky. pienso que tenemos que aferrarnos a nuestra Fe con todo lo que tenemos, pero sobre todo confiando en que cuando nosotros somos débiles su gracia nos ayuda para fortalecernos en el interior y salir victoriosos. un abrazo a todos...espero pueda haber mas comentarios

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