martes, 26 de junio de 2012

1 Pedro 1

2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

1 Pedro 1:2 (RRV1960)

jueves, 21 de junio de 2012

El Río



Para los débiles, los cansados, los heridos; para los perdedores, los ganadores, los quebrantados, los valientes, los humildes. Vengan al río, cerca del caudal, el cauce eterno de la gracia, el arroyo perpetuo de la reconciliación; vengan de rodillas, con el alma quieta, en silencio, con gratitud como yugo. Sin prejuicios, sin rencor. Postrados cubran sus heridas con la sangre que corre a borbotones, purifiquen las manos con impetuosa vida, levanten rostros nuevos con radiante pureza. Corran, rían, vuelvan a vivir, celebren día y noche porque el río, el abundante río de vida nunca cesara.

miércoles, 20 de junio de 2012

2 Timoteo 3

10 Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi paciencia, mi amor, mi constancia, 11 mis persecuciones y mis sufrimientos. Estás enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de las persecuciones que soporté. Y de todas ellas me libró el Señor. 12 Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús, 13 mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14 Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. 15 Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, 17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.

2 Timoteo 3:10-17 (NVI)

lunes, 11 de junio de 2012

2 Timoteo 1


Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el *evangelio. Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; 10 y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio. 11 De este evangelio he sido yo designado heraldo, apóstol y maestro. 12 Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado. 
13 Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que de mí aprendiste. 14 Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te ha confiado. 

2 Timoteo 1:6-14 (NVI)


martes, 5 de junio de 2012

Defendiendo el hogar

Hace unas semanas emprendimos una gran tarea, construir una casa para Dios, un lugar para que el pudiera habitar; logramos algunos avances pero ¿cuánto queda de lo que Cristo comenzó en cada uno de nosotros? ¿Cuánto queda después de los ataques constantes contra los muros y la fe? ¿Dónde queda la esperanza cuando nuestra insuficiencia y dolor superan al amor? ¿Sera que estamos abandonados? ¿El poder de la cruz no será suficiente? No, rotundamente no; es momento de levantar las manos, defender con todo el corazón nuestras fronteras, pelear con toda el alma por nuestras promesas, es hora de que la defensa de los débiles sea el terror del fuerte, es hora de pelar por el honor de nuestra salvación, cuando todo se levante contra nosotros solo será la manera en que Cristo ponga a prueba la obra que con sus manos está formando.

Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos.
David Rey de Israel

lunes, 4 de junio de 2012

2 Corintios 4

Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.
Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.

Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

Viviendo por la fe

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,
que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;
10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.


2 Corintios 4:1-2, 5-11 (RRV1960)
2 Corintios 4:1-2, 5-11 (NVI)
2 Corintios 4:1-2, 5-11 (El Mensaje)